Cuando planifico un viaje intento no perderme nada, ya en mi primer viaje a Bélgica además de Bruselas y los principales destinos en Flandes quise documentarme sobre Valonia para seleccionar los mejores destinos.
Fue fácil localizar Courtrai, Tournai, Lieja, Namur… precisamente al buscar esta última fue cuando dí con una imagen de Dinant, me llevó
un rato localizar la ciudad y su localización, pero no dudé ni un instante en
elegirla.
Dinant es una pequeña ciudad de 15000 habitantes, con una localización estratégica que durante muchos años estuvo en litigio entre Lieja y Francia.
Ese año 2013 debería haber ido a Dinant, de no haberme
intoxicado levemente el día anterior en un restaurante griego de Tournai, con
mucha rabia tuve que dejarlo para el segundo viaje a Bélgica, pero ahí me fue
imposible acercarme puesto que lo combiné con Francia y me caía lejos.
Tuvo que ser en el 2022 en una ruta entre Bruselas,
Luxemburgo y una parte de Alemania cuando al fín pude llegar a Dinant, la
verdad es que valió la pena esperar, en aquel entonces conocía mucho mas mundo
y la ciudad no solo no me decepcionó, sino que me impresionó y me sorprendió
como muy pocas veces.
Que decir de Dinant: además de que es un enclave mágico: la roca, la ciudadela, la colegiata, el puente, el río Mosa, De Gaulle, los saxofones, las huellas … algo único, por muchas fotos que veas hay que ir allí.
El viaje desde Bruselas es un poco largo, la frecuencia de trenes tampoco es mucha, son factores que no animan a ir, hay que superarlos.
Una vez que llegas a la ciudad, la estación de trenes está a cinco minutos del primer punto destacado de la ciudad: El puente y la estatua de Charles de Gaulle quien fue herido en combate en esa ciudad. Y ahí de repente y sin avisar, la vista del puente con los saxofones de distintas nacionalidades y las banderas, la roca al fondo, la ciudadela encima y la colegiata de Notre Dame abajo.
Otra cosa de lo mas interesante es buscar las huellas de los mas famosos saxofonistas.
Una vez que cruzas el puente no hay mucho mas que ver, pero
tranquilo, verlo bien lleva un tiempo, la colegiata de Notre Dame, la casa de
Adolphe Sax (el inventor del saxofón), la
ciudadela, el museo del saxofón y las dos avenidas principales de la ciudad, ambas paralelas al río, una de ellas la propia orilla del río Mosa.
Para comer, para tomar unas cervezas, o un café, hay muchísimos
lugares, en la avenida paralela al río, con unas vistas inmejorables,
probablemente cualquiera sirva, nosotros fuimos a un italiano, la “pizzería Taormina”
y comimos de maravilla, buena pizza y buena Leffe.
En resumen, una ciudad pequeña, pero que no cansa, de hecho os aseguro que no dareis un único paseo por la orilla del río y también tomareis algo en alguna terraza, sencillamente por que las vistas invitan a ello, una ciudad en la que puedes disfrutar y mucho con tu cámara de fotos y pasar un día mágico.
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