Si hay un adjetivo que describe a Budapest, ese es Colosal. Una ciudad de unas dimensiones espectaculares, en la que casitodo es monumental.
La ciudad se divide en dos partes unidas por el Danubio, que en esta ciudad ya tiene una anchura tremenda, a un lado las ciudades de Óbuda y Buda y al otro lado la ciudad de Pest, las tres fueron ciudades independientes hasta finales del XIX que se unieron formando Budapest.
En la ciudad de Buda tenemos algunos monumentos imprescindibles como el Bastión de los pescadores, una genial fortaleza amurallada en una posición elevada desde la que se obtienen unas panorámicas de Pest increibles, la iglesia de San Matias, maravillosa por dentro y por fuera, aunque cuando estuve tenía el exterior cubierto por andamios, el antiguo castillo imperial, hoy reconvertido en museo, un bunker nazi espeluznante de la segunda guerra mundial,y justo sobre él está el complejo monumento llamado "estatua de la libertad".
La ciudad de Pest no le va a la zaga, mires donde mires ves palacetes por todas partes, y además tenemos la Catedral-Basílica de San Esteban, grandiosa, la Sinagoga de la calle Dóhany, la segunda mas grande del mundo tras la de Jerusalem. La plaza de los heroes: El homenaje a los heroes de la patria húngara, con representación de todas las tribus magiares, y como nó el parlamento húngaro, un monumental palacio de corte gótico, con una cúpula que nada tiene que envidiar a la de Brunelleschi en Forencia.
Por último decir que para mí al menos hay otra ciudad mas que son los alrededores y el propio río, un Danubio que, aunque ya lo he visto en tres ciudades y dentro de poco lo veré en una cuarta, en Budapest tiene vida propia, cuerpo y alma, todos los puentes que lo atraviesan merecen la pena, en especial dos: "el puente Elizabeth", blanco, metálico y como no el mítico "puente de las cadenas", con sus cuatro leones que lo protegen, cuyos dos pilares quedaron milagrósamente en pie tras los brutales bombardeos de la segunda guerra mundial. Tambien merece la pena destacar una escultura a los pies del parlamento, a la orilla del Danubio, donde hay una treintena de zapatos metálicos que representan uno de los horrores de la guerra donde hacían descalzar a los judíos y tras dispararlos los arrojaban al Danubio.
Jamás olvidaré la iluminación nocturna del Puente de las cadenas, ni del parlamento mientras iba en un crucero por el Danubio tomando champagne, ni la cena tradicional goulash que tuvimos despues, estamos ante una ciudad como dije al comenzar Colosal, que de no haber vivido bajo el yugo comunista hasta finales de los ochenta, ahora estaría entre las mas importantes de Europa.
La ciudad se divide en dos partes unidas por el Danubio, que en esta ciudad ya tiene una anchura tremenda, a un lado las ciudades de Óbuda y Buda y al otro lado la ciudad de Pest, las tres fueron ciudades independientes hasta finales del XIX que se unieron formando Budapest.
En la ciudad de Buda tenemos algunos monumentos imprescindibles como el Bastión de los pescadores, una genial fortaleza amurallada en una posición elevada desde la que se obtienen unas panorámicas de Pest increibles, la iglesia de San Matias, maravillosa por dentro y por fuera, aunque cuando estuve tenía el exterior cubierto por andamios, el antiguo castillo imperial, hoy reconvertido en museo, un bunker nazi espeluznante de la segunda guerra mundial,y justo sobre él está el complejo monumento llamado "estatua de la libertad".
La ciudad de Pest no le va a la zaga, mires donde mires ves palacetes por todas partes, y además tenemos la Catedral-Basílica de San Esteban, grandiosa, la Sinagoga de la calle Dóhany, la segunda mas grande del mundo tras la de Jerusalem. La plaza de los heroes: El homenaje a los heroes de la patria húngara, con representación de todas las tribus magiares, y como nó el parlamento húngaro, un monumental palacio de corte gótico, con una cúpula que nada tiene que envidiar a la de Brunelleschi en Forencia.
Por último decir que para mí al menos hay otra ciudad mas que son los alrededores y el propio río, un Danubio que, aunque ya lo he visto en tres ciudades y dentro de poco lo veré en una cuarta, en Budapest tiene vida propia, cuerpo y alma, todos los puentes que lo atraviesan merecen la pena, en especial dos: "el puente Elizabeth", blanco, metálico y como no el mítico "puente de las cadenas", con sus cuatro leones que lo protegen, cuyos dos pilares quedaron milagrósamente en pie tras los brutales bombardeos de la segunda guerra mundial. Tambien merece la pena destacar una escultura a los pies del parlamento, a la orilla del Danubio, donde hay una treintena de zapatos metálicos que representan uno de los horrores de la guerra donde hacían descalzar a los judíos y tras dispararlos los arrojaban al Danubio.
Jamás olvidaré la iluminación nocturna del Puente de las cadenas, ni del parlamento mientras iba en un crucero por el Danubio tomando champagne, ni la cena tradicional goulash que tuvimos despues, estamos ante una ciudad como dije al comenzar Colosal, que de no haber vivido bajo el yugo comunista hasta finales de los ochenta, ahora estaría entre las mas importantes de Europa.
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